martes, 29 de enero de 2013

Los Grey, que guarrillos.



50 sombras de Grey  ha caído en mis manos. 
Al principio me mostraba reticente, no me gusta leer los libros que lee todo el mundo y mucho menos cuando en la portada pone " este es el libro que lee todo el mundo" (rancio) pero lo empecé de todas formas. Bien, llevo 272 páginas en solo un día.
Mi coleguita la princesa del Este me lo recomendó, me dijo que enganchaba y que era muy guarrete. 
Si, es muy guarrete, lo que me lleva a la tesitura de pensar si lo que engancha es lo guarrete o el apellido Grey (o si ambas cosas van unidas) fijaros:

  • Dorian Grey: Oscar Wilde era un visionario y ya sabía que el apellido Grey tendría tirón. En el libro Dorian Grey ya se nos muestra como un tío sexy que gusta pero es que en la película está tremendo, que elegancia, que cara, que pelazo. Si le viera mi abuela diría "que buena pinta tiene este muchacho" (normal, si tenemos en cuenta que de cani era el Príncipe Caspian, el porte noble le viene de casa)
  • Anatomia de Grey: La Meredith y sus colegas multirraciales dándole al tema todo el día, eso si, con amor que es una serie para chicas.
  • Christian Grey: Aquí me pongo sería, no os voy a contar de que va porque seguramente ya lo sabeís, solo diré que estoy todo el día cachonda perdida con este hombre. Dicen que ya han empezado a buscar actor para la película, yo me imagino a Eddy Redmaine que es un toro con pinta de no haber roto un plato pero a la que te descuidas te pega con el látigo mientras te hace el tralarí (Soraya dixit) 
¿Quién os cuadra a vosotras para interpretar al Señor Grey?


A la vista de esto no cabe duda que la pasión la da el apellido, ¿serán todos primos? esto molaría, ya me imagino la casa de  los Grey en navidad: 
"Brindemos con sangre de virgen a la salud del tatarabuelo Dorian!

La hora de los regalos también debe ser la leche, "para papá un dilatador anal, para la bisabuela unas bolas chinas..." todos felices y contentos (y de los que se van a la cama prontito)

La antítesis a los Grey son los Ingalls que en vez de cuarto del dolor tienen casa de la Pradera, pero de eso ya hablaremos otro día.





miércoles, 16 de enero de 2013

Los hombres y yo



-¿Donde vas? 
-Manzanas traigo.

Esta fue más o menos mi conversación de ayer con un hombre que me pretende pero no me interesa. 
No me interesa porque es simpático, guapete y muy bueno pero tiene un defecto: es un tipo suave al que además se le ve mucho el plumero con que quiere novia a toda costa, de hecho le ha tirado los tejos a varias  féminas de mi alrededor con escasos resultados y ahora le ha dado por pretenderme a mí. 
Ya se le pasará.

No me gustan los tipos suaves. Entiéndase por suave estos hombres que no tienen huevos se lo piensan todo mucho, se ponen malitos con frecuencia, no arriesgan, le ponen peros a todo y tienen alergia a cien o doscientas cosas del mundo mundial. No gracias.

Por otra parte está mi ex, un extremacho ibérico y empotrador. Un tipo duro. Tampoco me sirve porque una noche teniendo solomillo en casa salió y se comió un choped de oferta que encontró tirado por la calle. Al día siguiente hice las maletas y me fuí. 
Desde entonces lleva cantando coplas bajo mi ventana al más puro estilo Jorge Manrique rotito de amor, de esto hace casi un año y ahí sigue el hombre, apostillao bajo la ventana en señal de arrepentimiento.
Ni le perdono ni lo olvido pero reconozco que me encanta cuando me regala pasteles, me purga los radiadores y me trata como una reina. No se si lo hace por amor o por pillar cacho, el caso es que pilla cacho siempre. NO ME MIREÍS ASÍ! ¿quién puede resistirse a un tío bueno con pasteles en la mano??? Además después del empotre, como esta enamorao (o eso dice, seguramente no es verdad) me abraza en la camita y me mira con ojos tiernos, eso me gusta.
Se que esta no-relación amorosa a la larga es muy perjudicial porque así no paso página pero es que en esos momentos recuerdo por qué le quería tanto y respiro corazones, aunque luego recuerdo lo capullo que fue y me dan ganas de darle tortas hasta que me duelan las manos... (Grrrrrrr!!!)
Ya se me pasará.

Por último está ÉL que contra todo pronóstico es un tipo suave, muuuy suave que por alguna extraña razón me encanta. Aunque este costipadito trescientos días al año, le den miedo los bichos y no sepa cambiar la rueda al coche yo es que es verle y me dan ganas de arrancarle la ropa a bocaos  Uy! quiero decir, de pasear de la mano y eso... como ya os he comentado nada que hacer, pero me río mucho pensando estas cosas, me siento como en ese anuncio chungo de ropa fea.

Si no hubiera término medio vosotr@s qué elegiríais, ¿un tipo suave o un tipo duro?



miércoles, 9 de enero de 2013

Consejos vendo...



Tras muchas horas de televisión a mis espaldas ando alucinada con un nuevo descubrimiento televisivo, How do I look? una especie de reallity  americano (¿quién si no?) que consiste en elegir por sorpresa a una chica/señora para que sus amigas critiquen su forma de vestir a cambio de que el programa la pase por chapa y pintura de forma totalmente gratuita.  Aquí lo emiten con doblaje directo sobre el original, lo cual le da un sospechoso tufillo como de Teletienda que lo convierte en algo aún más grimoso.

El reallity empieza con imágenes de la chica/señora que no parece tener ningún problema con su estilismo y se pasea feliz con sus mayas rosa flúor y su sudadera de leopardo mientras una voz en off narra  cosas tipo: 

"Emily Jonshon es una telefonista de Michigan con un estilo muy peculiar, hoy sus amigas le dirán a Emily que ya es hora de qué cambie

Más o menos como los chyron que ponen en el Diario de Patricia, a continuación salen las amigas, normalmente pueblerinas, culi-gordas y con flequillo de rulo, poniendo a parir los estilismos de la moza y diciendo que es una lástima que vista tan mal porque tiene muy buen corazón (¿he dicho ya lo pueblerino y lo rancio que es todo?)

Una vez incluso salió el novio de una diciendo que su corte de pelo afectaba a la relación! (Emily, no cambies de peinado, cambia de novio pero ya).

La trama  se basa en que cada una de las tres criticonas elige el estilismo que piensa más le favorecería a la victima (si, es víctima porque será una hortera pero ella iba tan contenta por las calles de Michigan con su estilismo sin meterse con nadie) que debe elegir con cual quedarse y ponérselo. Bochorno supremo, ten amigas/familiares/pareja para esto.

Al final hacen como una fiestecilla en plan "enhorabuena, ya eres normal" (los pantalones marrones de pinzas te gustan menos y te hacen el culo igual de gordo que las mayas flúor pero ya eres normal). 
La chica/señora hace aparición estelar enfundada en un traje tornasolado (siempre es tornasolado) y el pelo ahuecadito, con mucha laca. 

El público presente la recibe con un emocionado UUUuuu!!! (qué americano todo)  y aplauden mientras ella sonríe de medio lado como con resignación y da las gracias con la boca pequeña "Ay que feliz estoy y tal,  soy una nueva Emily, I love you darling y eso"

No se si será por la presión de las cámaras, por el susto o por el hundimiento de moral al descubrir que eres una hortera, pero todas aceptan someterse al cambio.
Chica/señora americana, feliz con tu chandal y tus zapatos de tacón: si no quieres acabar pareciéndote a Michele Obama o a la Campos, cuando tus "amigas" te sorprendan cámara en mano y pongan a parir tu aspecto físico "por tu bien", solo hay una contestación posible: 

 QUE OS DEN.